En la previa se presagiaba un partido entretenido, luchado pero entretenido. Este Estudiantes de Eduardo Berizzo venía de un triunfo importantísimo en el clásico barrial, el partido que paraliza a la ciudad de las diagonales. Godoy Cruz, por su parte, había amargado a Independiente en Avellaneda por la Copa Libertadores. Pero todos los presagios se esfumaron tras la salida de los jugadores al campo para la entrada en calor.
La cancha no estaba bien. La pelota no iba a donde los jugadores querían y eso se notó a la hora de salir a jugar. En el equipo platense volvía Verón, un especialista en jugar al ras del piso, pero los desniveles en el césped no permitieron dar dos pasos seguidos. La pelota picaba mal y no llegaba a destino.
Así y todo, el local se las ingenio para poner en apuros a los mendocinos. Se paro más adelante que su rival, con orden en el fondo y la presión de Matías Sánchez en la mitad de cancha.
Pero jugar por la Libertadores a mitad de semana y las falencias del campo volvieron al partido chato y muy lento. La más clara para el Pincha fue un cabezazo de Leandro Desábato que pasó cerca.
Godoy Cruz no se inquietó y espero a que Estudiantes se perdiera en su propio juego y concretó la que tuvo. Lo que no pudo Desábato en el arco tombino, lo ejecutó a la perfección Damonte en el de Orión. Mitad con el hombro, mitad con su cabeza, el ex Chicago abrió el marcador.
Ni los intentos del "Chino" Benítez, primero, ni Enzo Pérez después, pudieron. Fue derrota del último campeón y tres puntos importantes que se lleva el Tomba a Mendoza. En un partido malo, los jugadores lucharon más con el campo de juego que con sus propios rivales.
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